Generación Ni Ni
Se define a los Ni-Ni como aquellos jóvenes entre 15 y 28
años que Ni estudian, Ni trabajan. En principio y según los
diferentes estudios que he tenido que leer para poder hablar de ellos, son
gente apática, jóvenes en su mayoría pertenecientes a niveles económicos medios-altos,
que ven el futuro con incertidumbre.
Por supuesto, tras tantos estudios se llega a la conclusión
de que el grupo de los Ni Ni se puede dividir en subgrupos:
Los que no terminaron la ESO, son jóvenes, normalmente de
hogares medios, cuyos padres se hacen cargo de ellos, de manera permanente, ya
que en vista del mercado laboral que nos espera, lo más seguro es que sin un título
en educación secundaria no tengan ni la opción de ejercer de “segurata” en el
aparcamiento del Carrefour por las noches.
El segundo grupo, acabaron la ESO, y lo han dejado entre bachiller,
módulos, y principios de universidad… Este grupo, mejor formado y valorado,
normalmente, ha probado varias opciones pero sin llegar a escoger ninguna. Este
grupo es llamado por algunos psicólogos de
transición, o de madurez tardía, ya que se supone que son individuos ( es
decir, gente como nosotros) que una vez aclaren sus opciones terminarán… en
algunos de los dos siguientes grupos de Ni Nis.
El tercer grupo, Ni Nis de modulos, son los que más
probablemente acaben encontrando un trabajo y ejerciendo una profesión en el
tema que han estudiado o practicado. Pertenecen también a niveles sociales
medios y por insistencia e influencia de la familia han sacado algún tipo de módulo
de carpintería, electricidad, fontanería. Este grupo, que comenzará como antiguamente
se hacía de aprendiz de algún familiar o conocido de la familia, en donde aprenderá
realmente como se realiza el verdadero trabajo (no lo que aprendió en las
clases) y al llegar, no su primer sueldo de ayudante, sino el primer sueldo de
verdad, que le permita soñar con un coche de segunda mano o la ilusión de una
vida independiente, se acomodará en “el fin de mes” y abandonara a la perdida
generación Ni Ni por una vida de proletariado con sueldo.
El cuarto grupo, el más preocupante de todos, es el de los
universitarios, estudiantes ya graduados, que han invertido entre 4.000 € y 18.000
€ en educación universitaria al año, sin hablar del master o los cursos de post
grado, y que tras acabar la misma, tienen las opciones o de convertirse en
eternos becarios (según un estudio de Eduardo Bericat, catedrático de Sociología de la
Universidad de Sevilla) o en ser parte de otra nueva generación
la JAS (Jóvenes Sobradamente Preparados) apáticos a la hora de buscar un
trabajo, conocedores de que más de la mitad podrían acabar en el mencionado
puesto de “segurata” de un aparcamiento, o de cajero en alguna de las grandes
redes de centros comerciales, o incluso de tele-operadores para alguna compañía
de telefonía o energética.
Este es el dilema de la generación pasada, quien sabe si también
será nuestro dilema.